Son
muchos los elementos que influyen en las decisiones que las personas toman al
momento de comprar. Té o café, azúcar o endulzante, galleta de chocolate o
vainilla; estas cotidianas elecciones la mayoría de las veces están guiadas por
el precio del producto, el cual será el factor que prime sobre los demás al
momento de seleccionar una opción u otra.
Los
bienes sustitutos son aquellos que pueden utilizarse para cubrir una misma
necesidad, por lo que tienen una relación en que si algo le ocurre a uno, el
otro también tendrá una consecuencia positiva o negativa. Por ejemplo en verano
al sentir calor, una manera de refrescarse es comprando una gaseosa o un jugo
natural. Los dos productos son diferentes entre sí, pero como cubren la misma
necesidad pueden reemplazarse.
La
disponibilidad de bienes sustitutos incide sobre la demanda en que la hacen más
elástica, esto significa que la hacen sensible al precio, por lo que si tengo
un jugo natural y una bebida gaseosa que cuestan $1000 y de repente el jugo
sube a $1500, la cantidad de bebidas vendidas aumentará considerablemente, así
como las de jugo disminuirán.
El
caso de refrescarse en verano es un mercado bien definido, ya que estamos
hablando de “bebestibles que quiten el calor”, entre más específico es lo que
buscamos, más elástico se vuelve ya que encontramos más sustitutos. Por
ejemplo, en el ámbito “postres de verano” la sandía, el melón, el helado y el
flan son fácilmente reemplazables entre sí. En cambio en un mercado menos
específico (general) es más difícil encontrar sustitutos.
Continuando
en el ámbito de los sustitutos, existe la elasticidad precio cruzada de la
demanda, que en el ejemplo del bebida v/s jugo incidiría positivamente sobre la
bebida, ya que es la cantidad demandada de un bien que responde al cambio del
precio de otro bien, que en nuestro caso se ve en que se pide más cantidad de
bebidas gaseosas como respuesta al alza del precio de los jugos naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario