Natalia Espinoza C
La educación es muy importante para
el crecimiento de un país, ya que las personas que tienen más conocimientos
(certificados por alguna institución) aportan mucho al avance de la sociedad
cuando se convierten en fuerza laboral. La educación desde lo más básico hasta
los grados más altos (magíster, doctorado) es vista como una "inversión en
capital humano en el largo plazo".
Esto influye sobre la productividad
en que el capital humano transmite externalidades positivas, una persona
educada ayuda al progreso del país, por ejemplo "podría generar nuevas
ideas acerca de cómo producir en una mejor forma bienes y servicios".
Estas mejoras que una persona puede idear, al ser implementadas de manera que
todos las puedan utilizar serán un "beneficio externo de la
educación", por lo que sería conveniente para el Estado invertir en tener
personas mejor capacitadas ya que aumentarían la productividad de un país.
La inversión en capital humano, lo
mismo que la inversión en capital físico, tiene un costo de oportunidad, ya que
terminando la educación obligatoria, estas personas podrían trabajar
inmediatamente en por ejemplo, un restaurant de comida rápida, cajeros de
supermercado, etc. Pero quienes prefieren seguirse instruyendo sacrifican ese
dinero que podrían tener al instante por obtener un bien mayor a futuro. El
problema es que si el Estado nos los ayuda y recompensa el esfuerzo hecho se
puede dar la "fuga de talentos" en donde los trabajadores pueden
disfrutar de estándares de vida más altos si se van a países más ricos
En conclusión, la educación es una
inversión a largo plazo que influye sobre la productividad de manera positiva,
ya que cuando se promueve tener mejores profesionales, estos ayudarán a mejorar
los sistemas existentes de manera que la economía crezca. Si el Estado y las
empresas hacen una buena labor aumentando la calidad de vida de quienes más
aportan, se evitará el problema de la fuga de talentos.